Cuando es hora de comenzar a planear estrategias de marketing digital inmobiliario, hay una palabra que dominará el discurso, delimitará tu alcance y determinará el éxito de tus campañas. Esa palabra es “visual” y es la más importante para todo el sector.
En serio. Todo. Desde el producto hasta el canal, si quieres vender bienes raíces en este siglo, lo tienes que hacer enamorando la mirada.
Lo visual despierta sentimientos y emociones. Crea vínculos listos para convertirse en decisiones de compra.
En las redes sociales, todo se trata de lo que se ve. Las plataformas digitales se dominan por imágenes y videos. El contenido audiovisual es rey. Las mayores innovaciones digitales que están sucediendo hoy en día se hacen para poder difundir imágenes más detalladas y videos más claros de forma más rápida.
En los bienes raíces, pues, todo se trata de cómo el prospecto visualiza el proyecto: ¿Te ves viviendo en esta casa? ¿Cómo visualizas tu estilo de vida en 5 años? ¿Percibes esta propiedad como una buena inversión?
Por esto, si tu estrategia de campaña de marketing digital inmobiliario no está contemplando el aspecto digital, te urge comenzar a hacerlo.
Herramientas digitales de marketing
El aliado más valioso que puedes tener a la hora de vender una propiedad son las paginas de aterrizaje, videos y herramientas digitales.
Tu prospecto quiere verse en su lugar ideal. Tu trabajo es facilitar esa visualización.
¿Sabías que hay personas que son incapaces de visualizar mentalmente? Se le llama “afantasía”. Si les dices “piensa en una manzana”, no visualizarán una fruta, sino el concepto de la fruta. Si leen un libro, no tienen la película reproduciéndose en su cabeza.
Tienes que asumir que todos tus potenciales clientes tienen afantasía inmobiliaria. No porque necesariamente no puedan ver. Más bien porque visualizar requiere esfuerzo y atención, dos cosas que rara vez encontrarás en las plataformas digitales bañadas de inmediatez y que nadie te va a conceder de a gratis.
Podrás escribir textos hermosos, románticos y aspiracionales sobre cómo es tu propiedad. Pero si no has enganchado la atención del prospecto, esas letras no se van a convertir en una imagen mental. Les pides mucha atención que no tienen.
Podrás hablar de todos los beneficios económicos y las oportunidades de inversión de tu desarrollo. Seguro son buenísimas. Pero, ¿sabes qué? Tu publicación en Facebook tiene una fracción de segundo para convencer y no lo va a lograr si intenta ser fría y lógica en un contexto de recompensa inmediata.
Cuando haces marketing, estás batallando contra inmediatez y desinterés. Son palabras duras, pero ciertas.
Sin embargo, de esa falta de interés a la atracción hay un paso muy claro. Hay un punto de transición que convierte a quienes no les importa en un potencial comprador una embudo de marketing.
Ya sean publicaciones en Instagram o anuncios pagados en la red, tu oportunidad de llamar la atención está en apantallar con imágenes y videos increíbles.
La interactividad: hacia el futuro del marketing digital inmobiliario
De nuevo, tu palabra clave es “visual”.
Digamos que ya generaste visualizaciones increíbles. De tan solo verla, todo quien se las encuentre va a desear por lo menos verse en tu proyecto. Va a querer imaginar una vida ahí. Y tú le vas a dar esa oportunidad.
Una vez cautivado el interés con imágenes, puedes utilizar herramientas más complejas como Páginas de aterrizaje para sostener ese interés visual y dirigirlo hacia comunicar lo que más importa de tu proyecto.
La intención es sumergir al prospecto en una experiencia inmersiva que solo es posible en el marketing digital inmobiliarioy que lo separa drásticamente del tradicional.
A partir de los mismos principios, puedes satisfacer la curiosidad nata de cada persona dejándoles recorrer tu propiedad desde su smartphone, computadora a través de una página web interactiva.
Este paso es de suma importancia porque implica interactividad.
Cuando tu lead ve tus anuncios o publicaciones, no ha invertido atención de su parte. Lo visual le invita a hacerlo. Lo interactivo lo logra.
Una cosa es ver una imagen bella y otra muy distinta es interactuar con ella. Hacer esto le exige al usuario poner de su parte y crear su propia experiencia, trazando su propio camino en el recorrido de la propiedad.
O sea, estás logrando que ponga de su parte. No solo entrega su atención, también se obliga a tomar decisiones y reflexionar sobre lo que está viendo para decidir cómo descubrirlo. Y si lo logras, ya lo tienes un poco más cerca de ser una venta cerrada.